La movilidad eléctrica está creciendo rápidamente. ¿Qué medidas están tomando los ayuntamientos y las administraciones públicas? La movilidad urbana se vuelca hacia el coche compartido eléctrico.
 

Hoy en día, se prevé que la movilidad del futuro sea principalmente eléctrica. Gracias a los numerosos incentivos promovidos a nivel nacional e Internacional, España se está alineando con las tendencias generales europeas y globales. Sin embargo, esto no se limita solo a los automóviles privados, también está aumentando paulatinamente el número de municipios y entidades locales que están dando cabida a la difusión de vehículos eléctricos en modalidad de alquiler, es decir, en un marco de carsharing. Esta es una nueva forma de ver la movilidad urbana que realmente se está haciendo un camino propio, en el sentido literal de la expresión.
 

COMPARTIR COCHE ELÉCTRICO: EL PANORAMA ACTUAL

Los números hablan por sí solos. El coche eléctrico compartido se está convirtiendo en una forma de movilidad cada vez más popular para quienes se desplazan por la ciudad por una amplia variedad de motivos; desde el trabajo hasta el ocio. Hasta la fecha, más del 40% de todos los vehículos eléctricos en circulación son de alquiler eléctrico. Por razones obvias, las grandes ciudades han liderado la expansión de los autos eléctricos alquilados. Pero la creciente prevalencia del uso compartido de automóviles eléctricos también está teniendo un impacto gradual en los municipios más pequeños y tiene como objetivo impulsar una movilidad urbana cada vez más sostenible.
 

VENTAJAS DEL COCHE COMPARTIDO ELÉCTRICO EN LAS CIUDADES

El carsharing eléctrico es una solución que responde a las demandas de los entornos urbanos actuales, independientemente de su tamaño. La ventaja de esta forma de movilidad compartida es ante todo ambiental, motivada por su capacidad para reducir las emisiones nocivas. Se estima que, en el entorno de la conducción urbana, los coches eléctricos aportan una reducción de CO₂ de alrededor del 40-45% en comparación con sus equivalentes de gasolina.

Otro parámetro importante a tener en cuenta a la hora de evaluar los beneficios medioambientales de un tipo de movilidad como el carsharing eléctrico es la contaminación acústica. Los coches eléctricos y cualquier vehículo eléctricos en general, ayudan a reducir el nivel del ruido del tráfico de la ciudad. Esto tiene un impacto positivo en la habitabilidad de las ciudades y barrios, con beneficios claros para la salud. Numerosos estudios han relacionado la contaminación acústica con diversas patologías psicofísicas, que van desde problemas auditivos hasta un aumento de la ansiedad, depresión e hipertensión, así como una mayor incidencia de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Además de estas importantes ventajas, cabe recordar que el uso de vehículos eléctricos compartidos permite la libre circulación dentro de una ciudad, sin estar sujeto a restricciones como las zonas ZBE. Ya en muchas ciudades europeas, por ejemplo, las personas que usen un coche eléctrico no solo podrán entrar en las zonas ZBE en cualquier momento del día, sino que tampoco están obligados a pagar el Ecopass.
 

EL PAPEL DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS EN LA DIFUSIÓN DEL VEHÍCULO ELÉCTRICO DE ALQUILER

Las Administraciones Públicas juegan un papel importante en la promoción del alquiler compartido de vehículos eléctricos, lanzando licitaciones específicas o planificando plataformas MaaS (Mobility as a Service), para permitir la integración entre las diversas opciones de movilidad sostenible en la ciudad, desincentivando así el uso de automóviles privados.

Sin embargo, a pesar del creciente impulso, todavía quedan una serie de cuestiones por resolver para el desarrollo completo del coche compartido eléctrico y, en general, de la movilidad eléctrica. Uno de los aspectos críticos que afectan la expansión del carsharing eléctrico es el sistema de infraestructura de carga que, hasta la fecha, aún es insuficiente y está desigualmente distribuido en todo el país. Los puntos de recarga suelen concentrarse entorno a las ciudades grandes, donde se distribuye más del 50% del total nacional y fuera de estas áreas es menos fácil encontrar un punto de recarga, como sucede frecuentemente cuando se hacen viajes largos por carretera.

Para superar este escollo, se ha llamado a las administraciones públicas a redoblar sus esfuerzos y adoptar políticas específicas con el objetivo de impulsar una implantación definitiva del carsharing eléctrico. La necesidad de rediseñar las calles es una de las muchas iniciativas factibles que brindarían espacio adecuado para todo tipo de vehículos, con un enfoque en la sostenibilidad. Los pueblos y ciudades también pueden centrarse en la creación de centros eficaces para la movilidad compartida y eléctrica en puntos clave de la ciudad. Lugares como aeropuertos y estaciones de tren pueden equiparse con redes de carga para este propósito.

La revolución del carsharing eléctrico urbano ha comenzado. Ahora todo lo que queda es aprovechar estas increíbles oportunidades.